En 1839, durante la Guerra Civil Norteamericana, un cirujano francés empleó por primera vez el Iodo como antiséptico en forma de Tintura de Iodo para tratar heridas de combate.
A pesar de su gran eficacia, las Tinturas de Iodo pueden producir efectos adversos como irritaciones, alergias, etc., si no se realiza correctamente su administración y dosis.
Pero aún cuando existen disponibles actualmente un gran número de antisépticos diferentes, las Tinturas de Iodo siguen siendo muy valiosas para diversos fines de asepsia dado que a la elevada actividad antimicrobiana propia del Iodo se le adiciona el efecto sinérgico del Etanol que forma parte de su fórmula.
Sobreviven así a los actuales tiempos de vértigo por el uso de productos novedosos, debido a que poseen varias de las condiciones requeridas para un “antiséptico ideal”:
- Amplio Espectro
- Rápida Acción
- Economía
- Escasa Toxicidad Local
- Buena Penetración en Tejidos
Estructura Química:
I2 + KI ↔ K + I3–
Acción Terapéutica:
Bactericida, Fungicida, Amebicida, Esporicida.
Usos:
Los principales son la antisepsia de pacientes en emergencias y la profilaxis de infecciones postraumáticas de los mismos, la higiene y/o desinfección en urgencias hospitalarias, etc.
Formas Farmacéuticas:
- Tintura de Iodo Débil IQB® (Solución Tópica al 2 % de Iodo)
- Tintura de Iodo Fuerte IQB® (Solución Concentrada al 7 % de Iodo)
PRESENTACIONES (ambas Formas Farmac.):
- Envase PET ámbar con 1000 ml